miércoles, 2 de julio de 2014


Lo bueno y lo malo, lo grande o lo pequeño, el ayer el mañana, arriba o abajo, lo bello y lo feo; como la dualidad misma, es el resultado de nuestro DESPERTAR. 

En la medida en que el ser humano va CRECIENDO y predomina en el, EL AMOR, es en el, su capacidad de amar, su capacidad de armonizar y afinar ese instrumento llamado cuerpo con el todo; en la medida en que el ser humano va despertando espiritualmente, todos los opuestos se fusionan.

Desaparece el BIEN y el MAL, y desaparece también lo BELLO y lo FEO, y al final, comprendemos que todo lo que es, es armónico y perfecto, porque cumple una función y en eso radica nuestra nuestro despertar y nuestra existencia.

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