miércoles, 19 de junio de 2013


Tú eres mi energía, yo soy tu energía...Somos Uno 

No eres alguien separado de Mi, somos productos de esa misma Energía,  de la fuente de la Divina Esencia, de la Energía Cósmica, de la Energía Vital, de Dios. Este tipo de energía ha sido reconocida por diferentes culturas y llamada de diferentes maneras: chi, para los chinos; prana, en la India; aliento divino, en el cristianismo; éter, para los griegos; ki nam; para los mayas; ruag para los hebreos, etc. no importa su nombre, tu sabes muy bien a que me refiero, no deseo cambiar su Esencia por un nombre caprichoso impactante o bonito solo quiero referirme a esa Fuerza, a esa Esencia o como tu quieras llamarla. 

Es la Energía primordial del Universo que mantiene viva la Naturaleza y el ser humano. Tiene la capacidad de ayudar al cuerpo para curarse a sí mismo. El organismo humano tiene la posibilidad de interactuar con la energía proveniente de la fuente inextinguible que es el Universo.  Así, el Universo y todo cuanto existe en él se encuentra en movimiento perpetuo y armónico, conformando una Unidad. 

Tú eres esa Energía. Tu cuerpo, tu Esencia. Todo Tu  está formado por esa Energía. En este instante, cada uno de tus electrones están girando con esa Esencia Divina; cada uno de tus órganos está funcionando con esa Energía. 

Los pensamientos y las emociones son energía. En cada pensamiento, en cada emoción, en cada acción, estás poniendo tu energía. No la malgastes con pensamientos negativos y destructivos, con el egoísmo, con la envidia, con el odio, con el rencor, con la vanidad, con el orgullo, con el celo, con conversaciones desgastarte en las que criticas, juzgas, etc. No la malgastes tratando de cambiar a otro, ni tratando de convencer a los otros de tu verdad. 

Esa Energía la mantenemos alta o la perdemos con nuestra actitud; y la actitud está dada por los pensamientos, por nuestros sentimientos y emociones. Los pensamientos optimistas, darnos y dar cariño y animarse  uno mismo dan una energía que influye en la postura del cuerpo, en la forma como nos hablamos a nosotros mismos en nuestra mente y cómo le hablamos a los demás; todo esto forma la actitud y es una energía que transmitimos al entorno y regresa a nosotros de distintas maneras.
Tú eres mi energía, yo soy tu energía...Somos Uno

No eres alguien separado de Mi, somos productos de esa misma Energía, de la fuente de la Divina Esencia, de la Energía Cósmica, de la Energía Vital, de Dios. Este tipo de energía ha sido reconocida por diferentes culturas y llamada de diferentes maneras: chi, para los chinos; prana, en la India; aliento divino, en el cristianismo; éter, para los griegos; ki nam; para los mayas; ruag para los hebreos, etc. no importa su nombre, tu sabes muy bien a que me refiero, no deseo cambiar su Esencia por un nombre caprichoso impactante o bonito solo quiero referirme a esa Fuerza, a esa Esencia o como tu quieras llamarla.

Es la Energía primordial del Universo que mantiene viva la Naturaleza y el ser humano. Tiene la capacidad de ayudar al cuerpo para curarse a sí mismo. El organismo humano tiene la posibilidad de interactuar con la energía proveniente de la fuente inextinguible que es el Universo. Así, el Universo y todo cuanto existe en él se encuentra en movimiento perpetuo y armónico, conformando una Unidad.

Tú eres esa Energía. Tu cuerpo, tu Esencia. Todo Tu está formado por esa Energía. En este instante, cada uno de tus electrones están girando con esa Esencia Divina; cada uno de tus órganos está funcionando con esa Energía.

Los pensamientos y las emociones son energía. En cada pensamiento, en cada emoción, en cada acción, estás poniendo tu energía. No la malgastes con pensamientos negativos y destructivos, con el egoísmo, con la envidia, con el odio, con el rencor, con la vanidad, con el orgullo, con el celo, con conversaciones desgastarte en las que criticas, juzgas, etc. No la malgastes tratando de cambiar a otro, ni tratando de convencer a los otros de tu verdad.

Esa Energía la mantenemos alta o la perdemos con nuestra actitud; y la actitud está dada por los pensamientos, por nuestros sentimientos y emociones. Los pensamientos optimistas, darnos y dar cariño y animarse uno mismo dan una energía que influye en la postura del cuerpo, en la forma como nos hablamos a nosotros mismos en nuestra mente y cómo le hablamos a los demás; todo esto forma la actitud y es una energía que transmitimos al entorno y regresa a nosotros de distintas maneras.

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