miércoles, 5 de marzo de 2014


EL ERROR ES UNA LECCIÓN DE VIDA

Si sabemos esto, ¿por qué nos seguimos culpando? Por que siempre juzgamos lo que hicimos en el pasado con nuestra consciencia de hoy.

Yo creo, y estoy seguro que estás de acuerdo conmigo, que cada uno de nosotros intenta vivir su vida de la mejor forma que sabe y que puede en cada momento. Yo no creo que nadie haga las cosas deliberadamente mal, o deje de hacerlas conociendo las consecuencias que eso pueda generar.

A toda persona se le ha oído escuchar expresiones como "Me equivoque", "Nuevamente cometí el mismo error", "Siempre me pasa lo mismo", pero ¿Por qué cometemos errores? la siguiente es una opinión en donde pretendo responder y explicar con respecto a mi experiencia de vida y mis observaciones en mi infancia, adolescencia, mi juventud, en mi actualidad con mis amigos, compañeros de trabajo y en general en todo aquello donde actuó como persona; ¿Por qué cometemos a menudo errores que pueden evitarse? Pero si no podemos evitarlo y lo cometemos debemos analizarlo, comprenderlos, repararlos si afectamos a una tercera persona y sobre todo luego después de todo OLVIDARLO.

A diario solemos cometer errores, aciertos, pero el afecto nos marca demasiado en muchas ocasiones. El sentimiento de culpa es una de las emociones más inmovilizantes y destructivas que podemos experimentar, que suele aparecer en algún que otro momento de nuestras vidas. Hay personas que tienen una especie de vocación por la culpa ya que no sólo se sienten mal por lo que han hecho sino incluso por lo que podrían llegar a hacer. Obviamente, éste no es un sentimiento agradable y haríamos cualquier cosa por desembarazarnos del mismo.

Las raíces de la culpa pueden rastrearse hasta la infancia; sobre todo si la persona tuvo que lidiar con padres o profesores e inclusive amigos que les hacían sentir culpables por cualquier cosa que hiciese mal. La frase: “deberías avergonzarte lo que acabas de hacer”, probablemente le suene familiar a más de uno y esto suele marcar muchas veces a muchas personas de por vida.

Obviamente, todos cometemos errores de los cuales no estamos particularmente orgullosos pero mirar al pasado constantemente recriminándose por los mismos supone un gasto de energía innecesario que no nos reporta nada positivo. El sentimiento de culpa simplemente nos encierra en un círculo masoquista que se hace cada vez más estrecho.

El problema en sí no radica en no sentir la culpa (porque sobre esto no podemos accionar) sino en manejar estos sentimientos y afrontarlos desde una perspectiva positiva. No debes crear raíces sobre un error, esto no cambiara para nada lo sucedido, solo debes analizarlo para no repetirlo.

Por eso debes abandonar el pensamiento polarizado y asumir una postura más flexible. Para esto el mejor ejercicio es pensar en los aspectos positivos y negativos que encierra cada situación a la cual nos enfrentamos cotidianamente. Apreciando las diversas facetas de las situaciones y comportamientos podremos percatarnos que la vida no es en blanco y negro sino llena de matices.

Debes borrar este sentimiento de culpa, eso si asumirlo y responder ante el y sus circunstancias en forma honorable, pero una vez hecho esto, desaparecerlo de tu vida porque tenerlo contigo no te beneficia a ti y tampoco beneficia la persona que ha sido víctima de tu error.

Planificar el futuro. Aún si asumimos nuestra responsabilidad en una situación y cometimos un error, lo más productivo es mirar al futuro y pensar en cómo podemos subsanar el daño. La culpa nunca es la solución porque nos encierra en la trampa del inmovilismo y el sufrimiento.

Finalmente, quisiera terminar las reflexiones con una frase de la sabiduría popular que hace referencia directa a la preocupación y que podría aplicarse a los sentimientos de culpa. Obviamente es extrema, pero ejemplifica el sentir con el cual en algunas ocasiones deberíamos asumir los hechos que se escapan de nuestro control:

¿Tiene solución tu problema? Entonces, por qué te preocupas…

¿No tiene solución tu problema? Entonces, por qué te preocupas…

Pasar por lo que hemos pasado nos ha hecho más sabios y no es de sabios juzgar, sino comprender, no es de sabios poder con todo, sino saber hasta donde podemos llegar, para no intentar abarcarlo todo, como también es de sabios saber hasta donde podemos exigirnos.

El contenido del es de mi autoría, y/o, es un recopilación de distintas fuentes. —

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