martes, 18 de marzo de 2014

SOMOS UNO.
Nuestras mentes se mantienen en contacto con el mundo material a través de los sentidos. Podemos distinguir un ser humano de una manzana gracias a sus diferencias. Esto pudiera parecer más bien simple, pero la tarea de la mente es identificar formas diferentes,
etiquetarlas y catalogarlas, para luego utilizarlas o archivarlas para un uso
futuro.
Debemos recordar que vivimos en un mundo donde prevalece en principio la ondas o las vibraciones, luego entraremos en un mundo sub atómico para conseguir el mundo atómico y posteriormente el mundo de las formas que es la cotidianidad del pensamiento.
Todo este proceso es realizado por el pensamiento, que es una forma.
Los pensamientos y las emociones son formas mentales. Las ideas, las
creencias, las esperanzas y las filosofías son un ensamblaje de pensamientos alrededor de un tema central, de manera muy parecida a como una silla es un ensamblaje de moléculas reunidas en torno a la idea de sostenerte en una postura sentada.
Los pensamientos no son tan tangibles como los objetos materiales, pero
no por ello dejan de ser objetivos. La cuestión es que todo lo que existe en el universo es individual y único. Cada objeto es separado e identificado por su forma única.
Bajo la línea horizontal vemos que la conciencia pura carece de forma, es
informe. Hay que considerarla como una página en blanco en la que hubiera que escribir palabras. Por tato, la conciencia es informe, ilimitada,
indiferenciada y pura. Es una sin dos. Como la conciencia pura es informe no puede ser reconocida por nuestras mentes. Por mucho que lo intentes, no podrás llegar a comprenderla.
Ni llegarás a poder controlarla ni a manipularla. No existe como una cosa, y en lo que respecta a tu mente, ésta considera que no existe. Pero sí existe.
La conciencia pura carece de límites y por lo tanto no hay nada acerca de
ella que pueda cambiar. Ese tipo de nada dura para siempre. Todo el resto, es decir, toda la creación, cambia y acaba dejando de existir.
El cambio es la única constante en la esfera de lo creado. En el momento en que algo es creado, inicia su periplo hacia la extinción. La conciencia pura nunca cambia, nunca muere. Es el terreno del amor eterno y la paz infinita.
Todo está conectado, y aunque no nos demos siempre
cuenta, nosotros formamos parte de este todo.
SOMOS UNO.
El contenido de ESTE ARTICULO es de mi autoría, y/o, es un recopilación de distintas fuentes.

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